

Família e trabalho foram o binômio marcante na trajetória da CRS. Da origem italiana, a família herdou o conhecimento e o gosto pelo plantio da uva. Santo Cereser, o patriarca, desembarcou sozinho no Brasil em 1887. Dois anos depois, já com a esposa e os filhos ao seu lado, iniciou o cultivo da uva Niágara e a produção artesanal de vinho.
Entre los siete hijos de la pareja, Humberto Cereser se destacó y fue un importante estímulo para el padre en la búsqueda de un mejor destino para la familia. El ejemplo de trabajo y dedicación de Santo Cereser y Maria Piacentini, su esposa, contagió no solo a sus hijos, sino también a sus nietos. El hijo de Humberto, João Cereser, heredó la tenacidad de su abuelo y el impulso empresarial de su padre.
Este espíritu emprendedor y la tenacidad de João estuvieron presentes cuando, al entregar personalmente parte de la cosecha anual, la industria cliente abandonó el negocio por las dificultades económicas que enfrentaba. Era 1926 y João Cereser vio una oportunidad en la posible crisis. Así nace la Industria del Vino de Santa Isabel, origen del grupo industrial que hoy lidera CRS.
Décadas más tarde, CRS mantiene vivas sus raíces y la historia de sus fundadores. Es en la tradición del trabajo, en la unidad familiar y en la búsqueda de la excelencia del producto que se fundamentan las bases de una de las mayores empresas de bebidas de América Latina.